En un sueño de palabras...

Entre la vigilia y el sueño

29 nov 2007

Foto: Erika Corral


Entrevista de Maribel Rosete para la Librería Porrúa.

¿Qué te motivó a escribir Querida Alejandría, una novela que retoma los acontecimientos históricos de culturas tan lejanas a la nuestra?

Me motivó la misma Cleopatra Selene, cuando la descubrí asomada al balcón de los sueños de la Historia en la biografía de Emil Ludwig sobre Cleopatra Séptima. Te puedo decir que sentí claramente que esa niña del siglo primero a.C me pedía que contara su historia. Y que esa cultura es tan nuestra como de un italiano, un griego o un egipcio: es nuestra tradición, nos constituye también. Son nuestras palabras, nuestros mitos, nuestros sueños.

¿Por qué decidiste tomar como personajes de tu novela a los hijos de quienes protagonizaron parte de la realidad histórica de Roma y Egipto?

Porque ni los historiadores romanos vencedores, ni los historiadores de la Edad Moderna ni el genial William Shakespeare ni los maestros de la novela histórica de los siglos XIX y XX, ¡vamos!, ni los cineastas de Hollywood –autores de la épica moderna- tomaron a estos niños, y después adolescentes, como figuras centrales de ninguna obra.

¿Qué tan complicado fue mezclar la realidad con la ficción, en qué momento decidías hasta aquí es realidad y continúa la ficción o viceversa?

Seguí puntualmente la historia romana. Una historia con la que estoy familiarizada desde que era niña. Simplemente quise narrarla a través de una joven conciencia femenina que recuerda: Cleopatra Selene. Quise hacer arqueología del alma y cuando me encontraba alguna laguna en los hechos históricos, la llenaba con el licor de la Memoria poética. Fue un proceso fascinante: realidad-ficción, casi sin disolución de continuidad.

¿Cuál es el mensaje principal que María García Esperón quiere transmitir al lector en esta novela?

Que podemos estar condicionados por muchas circunstancias externas: la guerra, la separación, la muerte... pero que tenemos el poder de dar a nuestra propia vida el significado que queremos, de elegir nuestro propio mundo, de construirlo... a través de ese instrumento portentoso que es la palabra, las palabras. En el exilio, Cleopatra Selene elige escribir a su ciudad para vivir los valores de Belleza, Conocimiento y Libertad que simbolizaría la perdida Alejandría.

Con la intención de conocer más acerca de María la escritora, platícanos ¿cuándo es que decides iniciar tu camino en el mundo de las letras y por qué?

En dos momentos: cuando aprendí a leer a los 5 años y quedé secuestrada para siempre por los mundos infinitamente ricos que guardan los libros. Y muchos años después, cuando tuve el privilegio de redescubrir esos mismos mundos a través de los ojos de mi hijo. Entonces, después de mis 40 años de edad, la necesidad de escribir se me manifestó de una manera casi orgánica, hundidas sus raíces en esos mundos misteriosos, en los que, como diría Saint Exupéry: se aprende que “lo esencial es invisible para los ojos”.

Continuando con esta temática, trasládanos a tu ambiente de creación, a ese espacio en el cual tus ideas fluyen y quedan plasmadas en tus escritos. Háblanos de lo qué te inspira a escribir, de cómo lo planeas y cómo lo llevas acabo.

Desde el momento en que estoy leyendo un libro ya estoy escribiendo uno... en algún espacio de mi mente. No necesito más ambiente que un libro en las manos. No hago fichas ni notas ni esquemas... solamente la certeza de que lo que voy a escribir preexiste necesariamente en algún lado y sólo lo tengo que encontrar y trasladar a palabras. En el caso de las novelas históricas, como Querida Alejandría, El Disco del Tiempo, El Disco del Cielo, el Disco de Troya, Sibila o Mi abuelo Moctezuma..., sólo me he levantado a cotejar datos y fechas; y sí, me vienen los diálogos y las descripciones a la cabeza más rápido de lo que escribo. Los nudos gordianos y los callejones sin salida a los que te lleva tu misma narración, los soluciono en ese lugar a medias entre la vigilia y el sueño: A punto de dormir, con la cabeza en la almohada.

¿Cómo defines a María García Esperón la mujer, la madre y esposa, y por su puesto, la escritora?

Como alguien que tiene una conciencia exacerbada del significado del instante, de lo precioso del presente, de la oportunidad que significa estar vivo. Y claro, de la riqueza infinita de las personas con las que vivo y a las que quiero. No solamente mi familia y amigos, sino los seres humanos del pasado a los que amo apasionadamente: Pericles, Platón, Sócrates, Julio César, Miguel Ángel, Simón Bolívar... De broma digo que tengo un novio en cada siglo. Eso, sin contar a los personajes de “ficción” como Don Quijote, el capitán Nemo y Sandokan.
A veces he pensado que me tocó estar llena de ojos, como si tuviera la piel ocelada, y que eso me hace percibir la fugacidad de la vida –que curiosamente es su eternidad- de una manera muy dolorosa pero también privilegiada. El único cauce para este torrente es la escritura.


Finalmente, ¿cómo invitarías y contagiaría a más lectores mexicanos a disfrutar del encanto de un buen libro?, sobre todo, tomando en cuenta que en nuestro país, prácticamente no se lee.

En mi caso, tengo la pasión necesaria para contagiar al más remiso, convencerlos de que el libro que eliges es el libro que te elige y a quien vas a encontrar en esas páginas es a ti mismo... pero en espléndido. Así que oportunidades de diálogo como ésta no son un grano de arena, sino un tsunami que puede involucrar a muchas personas deseosas de conocer los mundos de emoción, belleza, imaginación, memoria y aventura que aparecen en cascada cuando abres las página de un libro.

Enferma de sombras

26 nov 2007

But in her web she still delights
to weave the mirror's magic sights...

(Tennyson. The Lady of Shalott, 1842)

Metáfora platónica si las hay, la de la dama de Shalott.
Condenada a una clausura eterna, solamente puede percibir el mundo exterior por medio de su espejo.
Tejedora de sombras, mitridatizada de apariencias, toca su propio abismo cuando percibe el yelmo, el hueso de la muñeca, la línea de la nariz, el latido del corazón bajo la coraza. Y se levanta hacia el final porque tiene que mirarlo a él, mirarlo sin espejo, devanarlo con los ojos desnudos, no solamente en sueños...

John William Waterhouse. I am half -sick of shadows.
Procedencia de la ilustración: JWWaterhouse.com

El vuelo del chamán


Lo que entendemos actualmente por chamanismo está irremediablemente influido por las visiones de Carlos Castaneda y su Don Juan. La muestra "El vuelo del chamán" del Museo del Oro colombiano desencaja esas visiones precursoras del New Age sin demeritarlas. Las vuelve a su origen.
Más allá de una fantasía zoomorfa se trata de la visión y vivencia que el chamán tiene del cuerpo espiritual, el que por supuesto, vuela. Es ojo y es ala, se mira a sí mismo, se sabe volador oscuro transido de luz.
Lo luminoso -el oro- se devuelve a su entraña de oscuridad -la sima, la laguna, sí, el cenote-.
La visión se vuelve ciega y por lo tanto vidente. El vuelo es ciego y sensible, como el del murciélago, el animal quizá más representado por las manos y la mirada de El Dorado.
Y al final, como en la ecuación einsteniana, todo se trata de la luz.
De la simple luz.

El pájaro de oro

22 nov 2007

Todo está bien, las cosas en su sitio, el sol sale, brotan flores y a veces llueve... pero algo falta y comienzan a manar suspiros de las fuentes, a evadirse miradas por la ventana y el corazón se te escapa del pecho para ir a buscar lo que todos dicen que no existe...

Cruza mares, montañas y ríos, vence obstáculos y descifra acertijos... cuando ya desespera y se sienta a sosegar la respiración fatigada, escucha una dorada melodía. Se mira en el agua de la fuente y se descubre pájaro de oro que ha salido a buscar.

La rosa transfigurada de Ernesto de la Peña

21 nov 2007

El libro más sensual -porque despierta los sentidos para colmarlos- que he tenido en las manos es La rosa transfigurada de Ernesto de la Peña, en edición del FCE de 1999. La factura física del libro logra una alquimia sabia: evocar el aroma de la rosa, la que todos conocemos, de la que todos -también- hablamos, la que siempre -rosa de las rosas- está sola. El libro físico triunfa en la fusión de sensaciones placenteras.
En su rosa transfigurada, Ernesto de la Peña hace que la vida florezca en la palabra. El griego se dice en griego, Kuranan glykyn amfi kapon Afroditas aeidomenon... es vino dulce la lengua provenzal, ce est li romanz de la rose, y el español se enzarza en las espinas de la rosa-lenguaje- y las letras del alifato extienden sus lunas y diamantes para decir que ... Alá te ofrece el símil de una palabra provechosa como si fuera un árbol fértil, de raíz firme y ramas que llegan hasta el cielo.Bajo la sombra de ese árbol me vi cuando en 1999 tuve el libro en las manos. Amanecí en la página 55 con la aurora de rosados dedos -Eos rododáctila- y en la página 187 me tuve que detener, fulminada de bellezas ante la línea que define al paraíso de Dante como un deslumbrante tratado de óptica. Había llegado a la rosa mística y no podía terminar de mirarla y no podía seguir leyendo el libro porque quería y quiero leerlo eternamente en el segundo interminable en que creí comprender lo que está escrito en el aroma, en el interminable segundo en que me mira -y no ha dejado de mirarme- la rosa inscrita en esa pupila, aquella tarde.


Hoy, 21 de noviembre de 2007, a las 20:30 hrs. Don Ernesto de la Peña recibirá homenaje nacional -abierto a todo público- en el Palacio de las Bellas Artes. Se presentará su obra reunida. La rosa transfigurada, Don Quijote, La sinrazón sospechosa, Castillos para Homero, sus traducciones de los cuatro evangelios canónicos, Las controversias de la fe , El centro sin orilla. Las estratagemas de Dios, Las máquinas espirituales, El indeleble caso de Borelli, La Mineralogía para intrusos y Palabras para el desencuentro.

Además, la Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la conducción de José Areán, interpretará un programa en la sala de conciertos integrado por tres obras: la Obertura Zu Namensfeier, Op. 115, de Ludwig van Beethoven; Idilio de Sigfrido, de Richard Wagner, y Variaciones sobre un tema de Haydn, Op. 56a., de Johannes Brahms.

Querida Alejandría: La Memoria y la Inspiración

20 nov 2007



Para empezar a hablar de este libro que pretende asomarse muchos libros, no hay como la definición de libro que da Jorge Luis Borges: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. Y sigue diciendo el gran argentino: el libro es indudablemente enriquecido por los lectores.

Pues vamos a hablar de un libro enriquecido. A casi un año de su publicación en Colombia, a medio año de su lanzamiento en México hoy, 17 de noviembre del 2007, Querida Alejandría es ya portador de mundos infinitos: los mundos de sus cientos de lectores, que aceptaron –yo lo vi- hacer con Cleopatra Selene una experiencia de memoria, una experiencia de imaginación.

Ha dicho nuestro extraordinario Sergio Pitol una de las frases más bellas que pueda haber: “la inspiración es el fruto más delicado de la Memoria”. Y hace más de un siglo Bernard Shaw dijo que la biblioteca de Alejandría fue la memoria de la humanidad. En la biblioteca se leía, se lee... Leer es para mí en este momento, este 17 de noviembre, a propósito de Querida Alejandría, recordar una historia: la historia de Cleopatra Selene.

Ahora sé que al escribirla, me hice un plan y un propósito: estar presente en su pasado. No quedarme en la barrera de lo inmediato, sino plantarme en el redondel del acontecimiento vivo, como en el mundo de los toros, donde se juega la vida y la muerte. Más que escribir una novela, quise tener la experiencia inmediata de ese pasado.
O Cleopatra Selene lo quiso a través mío, cuando la descubrí en un libro, asomada al mirador de los sueños de la historia parada en las puntillas en sus pies de niña.

Y entonces la memoria me otorgó ese su fruto delicado: la inspiración. A través de ella me transporté al corazón de antiguos sucesos, a su propio tiempo, en un viaje privilegiado lleno de aromas, melodías, sentimientos amorosos, nostalgias, ambiciones y derrotas, nostalgias de nuevo, dolor por lo perdido.

¿Por qué emprender ese viaje? ¿Por qué recordar? ¿Por qué escribirle a Alejandría?

Cleopatra Selene encuentra la razón en las primeras páginas de la novela, en las primeras líneas de su larga carta:

“Porque te extraño...”
“Porque como te extraño, te sueño y reconstruyo tus calles y tus fragancias y los gritos de tus vendedores y tu lengua sorprendida en la encrucijada de los dioses. Te sueño y me fatigo porque tengo que inventarte y por un instante de felicidad intolerable te habito... y despierto y lloro sobre el recuerdo inasible del sueño. Y miro a tavés de la ventana y pienso que más allá de los pinos de los bosques romanos está el Delta del Nilo y estás tú, Egipcia y Macedonia, Faraónica y Tolomea, lectora insaciable de tu propia biblioteca, ciudad hermosa, ciudad para siempre mía.
Tú sigue viva, Alejandría...
Hazlo por mí”.


Cleopatra Selene recuerda y a diferencia de los historiadores romanos su recuerdo no es para glorificar al príncipe, ni para ensalzar la edad augusta, ni por exigencias administrativas o políticas sino para poner en orden el mundo, su mundo. Cosmos en el caos. El infierno está ahí, por debajo y detrás de su espalda. Sabe que sobre su cabeza y la de Alejandro Helios pende una espada, el menor movimiento en falso hará que esta acabe con su vida, como acabó con su madre, su padre y su adorado hermano Cesarión. Los monstruos, los temores, las pesadillas, las inseguridades, la desesperanza la rodean –como nos rodean a cada uno de nosotros-. Pero al escribir las primeras palabras de su carta, al redactar “Querida Alejandría...” se aleja del presente hacia el pasado y descubre otras regiones del ser, otros niveles cósmicos, recuerda y ordena y se conecta con el tiempo original.

Su memoria es sencilla, honesta, -te escribo, Alejandría, con sencillez y con asombro- tiene rectitud y esto convierte el hecho de recordar y de escribir lo que se recuerda en algo ritual, sagrado.
El pasado, así recordado por Cleopatra Selene se convierte más que en el antecedente del presente, en su fuente. La memoria y su fruto delicado –la inspiración- no reconstruyen el pasado como si fuera un parque temático, tampoco quieren abolirlo, sino tender un puente entre el presente y ese más allá...

Y entonces de la Memoria, de la Imaginación... brota Alejandría... la ciudad del sueño de Alejandro, la dividida en 5 barrios con las letras del alfabeto griego en áureo acróstico: Alexandros basileus genos Dios ektise genos aeimneton. (Alejandro rey hijo de Dios construyó una ciudad memorable).
La Ciudad del Faro. La Ciudad del Museo. La Ciudad de la Biblioteca.
Nunca tantas cosas han sido pensadas por tantos sabios extraordinarios en un solo lugar:
la Biblioteca.

Aristarco de Samos entrevió el giro de la tierra alrededor del Sol, calculó las distancias relativas entre el sol, la tierra y la luna. Hiparco de Nicea vislumbró la precesión de los equinoccios. Aristófanes de Bizancio edificó el primer diccionario. Euclides alumbró su geometría.

La Biblioteca... ¿qué era, que no es la biblioteca sino un diálogo con la cultura?
Y el diálogo no se puede quemar. Cuando los árabes tomaron Alejandría en el siglo VII la cultura grecorromana estaba exangüe. Ya los cristianos habían despedazado a Hypatia y arrancado las inscripciones jeroglíficas del templo de Filoé para borrar sus sentidos deslumbrantes. El Islam no quemó el diálogo. El Islam tradujo y comentó a Aristóteles en las estrellas gemelas de Bagdad y de Córdoba. El diálogo continuó en otras lenguas y en otras bibliotecas, como en la cordobesa de Al Hakim...

Y Alejandría... la historia, el tiempo, los desastres naturales la sumergieron, la asulagaron y los arqueólogos submarinos quieren traerla de vuelta mientras miran a través del agua turbia los ojos de Tolomeo, de Cesarión, del magnífico Serapis...

Yo le escribí una larga carta a una ciudad que ya no existe, a una biblioteca quemada, borrada o sumergida, a un faro de ojo ciego... y hoy entre ustedes y para ustedes constato llena de asombro que esa hermosa sumergida, esa bella durmiente ha respondido, a través de la emoción de los cientos de lectores colombianos que han hecho de este un libro vivo.

Yo les pido que aquí, en México no dejemos que este libro que tiene tanta esperanza naufrague en el mar de la indiferencia, que no sea reo de la falta esencial del alma: el olvido, que nuestra Querida Alejandría se levante de esta mesa, de esta sala y de esta feria como una extensión de la memoria y la imaginación de todos ustedes, como un libro enriquecido con su lectura, su mirada y su diálogo.

Quiero decir gracias a la manera del mundo árabe, con la mano en el corazón y con una palabra del mundo de Cleopatra Selene: EFXARISTÓ.

Querida Alejandría. Presentación editorial


De izquierda a derecha: Sandra Hussein, la autora, Juana Inés Dehesa y Lorenza Estandía.

Con la Sala de Lectura colmada de lectores y de emociones, presentamos Querida Alejandría en la XXVII FILIJ 2007.
Lorenza Estandía informó a los asistentes sobre la suerte extraordinaria con que el libro ha corrido en Colombia, la posibilidad de que sea traducido al árabe y lo emocionante de comenzar a introducirlo en escuelas en nuestro país.
Sandra Hussein, quien ha sido "la bella voz de este sueño" dio lectura a un fragmento de las cartas de Cleopatra Selene.
Y Juana Inés Dehesa nos sorprendió a todos con un análisis a la vez objetivo y entusiasta de la novela y un saber colocarla en el panorama de la literatura infantil y juvenil en el que es experta.
Hablamos de la novela histórica, de los viajes poéticos al pasado, del sabor amargo del exilio y del poder consolador de las evocaciones, de Alejandría y las bibliotecas y del amor por los libros.
Un lector compartió una bella anécdota. En su biblioteca personal tiene colgado un letrero:
Por favor, no fumes. No quiero que mi pequeña Alejandría corra el riesgo de quemarse.


Con Sergio del Colegio Los Fresnos

FILIJ Firma de libros. 17 de noviembre 2007

19 nov 2007
Tigres de la otra noche
En el stand del Fondo de Cultura Económica, muy buen ambiente.






El Disco del Tiempo
En el stand de Ediciones SM con mi admirado Jaime Alfonso Sandoval.



Querida Alejandría
Lorenza Estandía y la Editorial Norma convocaron a un numeroso público. Destacaron los alumnos del Colegio Los Fresnos.



Querida Alejandría: un premio, un éxito, un consenso

12 nov 2007

Por Gemma Lluch
(Universitat de València. España)

Un premio: el Premio Norma Fundalectura 2007. Un éxito: la respuesta inmensa del público. Un consenso: la crítica y los lectores coinciden.
El premio, que se inició hace doce años, lo convoca el Grupo Editorial Norma y la Fundación para el Fomento de la Lectura (Fundalectura) de Colombia y se dirige a los escritores de toda Latinoamérica para lectores infantiles y juveniles. Posiblemente, el más importante de toda América por su extensión y por la calidad de los ganadores. En 2007 el jurado estuvo completamente de acuerdo: la obra Querida Alejandría de la escritora mexicana María García Esperón.
Un éxito: durante la campaña de presentación del libro muchos fueron los lectores que se acercaron a la autora para comentarle sus impresiones. El mundo creado por la novela pero sobre todo la complejidad humana de sus personajes y de sus sentimientos entran en el lector y le convida a escarbar entre sus propias vivencias. Como nos cuenta la autora, un lector de 11 años, trémulo de emoción, con los ojos manando luz le dijo: -"Sentí mucho la tristeza de los niños cuando tuvieron que desfilar en las calles de Roma" y una chica de 16 años: "Gracias por haber escrito este libro, pues me ayudó en uno de los momentos más difíciles de mi vida". Pero nadie mejor que la autora puede resumir la comunión con sus lectores: “en las escuelas visitadas se hacía una fiesta a la Memoria que también era un descubrimiento y redescubrimiento de las bellezas que la tradición encierra. Los clásicos son contemporáneos y ahí están los lectores para dar fe.”
Un consenso: no es habitual en la literatura infantil y juvenil poner de acuerdo a la crítica y a los lectores. De los segundos pueden dar buena fe las ventas y las respuestas de los afortunados que ya han leído el libro. De la crítica, estos son nuestros apuntes.
En una primera lectura leemos el argumento de la novela que resume muy bien la editorial: “Según la costumbre romana, la joven Cleopatra Selene, hija de la legendaria Cleopatra y del general romano Marco Antonio, acaba de recibir la noticia de que su matrimonio ha sido concertado con Juba II, hijo del rey de Mauritania que, como los propios Cleopatra y Marco Antonio, se suicidó para no afrontar la derrota de su reino ante el Imperio Romano. Como Juba II, Cleopatra Selene sigue siendo una reina, aunque se convirtió en esclava de los romanos cuando Roma derrotó al imperio egipcio y cayó la ciudad de Alejandría. Esta es la carta maravillosa y conmovedora que Cleopatra Selene le escribe a su ciudad caída, para rendirle tributo y consagrarla en la memoria, pero también para contarle cómo vive su propia felicidad y su desdicha en Roma, después de la derrota de su linaje de faraones.”
Pero Querida Alejandría es mucho más. La protagonista, Cleopatra Selene escribe un diario en este momento de su vida para dejar huella de su historia, que es la de su hermano mellizo, sus padres y la del que será su marido. La carta dirigida a su pasado, al tiempo que ya no será y que representa la antigua Alejandría, su ciudad, reina del pasado y esclava en el presente.
A través del homenaje que hace a lo que fue su vida y la de su linaje, la joven nos habla de Egipto y de Roma como metáfora de lo que representa el pasado de un pueblo glorioso aferrado a una historia de éxitos y de orgullo que ya no es y el cambio representado por una nueva ciudad y una nueva era. Esta representación histórica es un buen escenario para hablar de las diferentes maneras de vivir y entender el cambio: de lo que significa ser vencido por un imperio y convertirse en un príncipe esclavo. De cómo unos lo aceptan y construyen su presente y su futuro y otros se aferran al linaje de lo que no se quiere dejar atrás.
Los personajes de Alejandro Helios y Cleopatra Selene hijos de Cleopatra y Marco Antonio son los protagonistas de un dilema moral que pone en el escenario las formas de entender el transcurrir histórico pero también el crecimiento personal. La narración histórica, la filosofia sobre cómo entender la victoria y el sometimiento, el trabajo de representar a un pueblo, el orgullo de ser parte de una historia, se mezclan con la narración de sentimientos sobre lo que siente Cleopatra cuando se hace mayor y cuando tiene que elegir entre el hermano y el marido, entre su tierra de nacimiento y la que será su tierra de acogida, entre la vida que no eligió y la que ella quiere elegir.
Y esta complejidad, esta hondura, se narra con un lenguaje correcto, bueno, bien escrito, con soluciones estilísticas que dan una elegancia a la escritura e imitan de manera sencilla el lenguaje de una princesa sin alejarse del que ha de ser su lector.
Encontrarse con novelas cómo ésta es un lujo difícil de encontrar en los tiempos que corren. Y cuando acabas la novela sólo quieres volver a leerla para descubrir nuevas sensaciones, nuevos sentimientos que una segunda lectura te ayudará a vivir. La aventura humana de estos personajes nos acompaña más allá de sus páginas porque la autora ha conseguido crear unos personajes tan complejos como la vida pero presentados con la misma sencillez que a menudo vivimos cotidianamente.

Gemma Lluch es catedrática de Literatura en la Universidad de Valencia y una de las voces más respetadas en la literatura infantil y juvenil. Como investigadora y ensayista se ha centrado en la LIJ, terreno en el que ha incursionado también como autora con su novela El-joc.com. En este enlace al sitio de la Universidad de Valencia, un asomo al riquísimo mundo de Gemma Lluch: Gemma Lluch Crespo. Departamento de Filología Catalana

Querida Alejandría

6 nov 2007

Pocos periodos de la Historia Universal han sido tan ricos como el del Helenismo.
La confluencia de tres civilizaciones –egipcia, griega y romana- ocurre en la Alejandría de los primeros siglos de nuestra era. Una ciudad que se caracterizó por dar una importancia inusual hasta entonces al conocimiento. La Biblioteca y el Museo crecieron con Alejandría, proyectados por el fundador, el primer Tolomeo y llevados a su culminación por su hijo, Tolomeo Filadelfo.
En Alejandría, Aristófanes de Bizancio hizo el primer diccionario. Aristarco de Samos vislumbró el hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol. Hiparco de Nicea descubrió la precesión de los equinoccios y Eratóstenes de Cirene calculó la circunferencia de la Tierra. También se tradujo la Biblia al griego, en la versión que conocemos como Septuaginta. Y se dio un proceso de fusión de cultos que desembocó en el poderosísimo de Isis y en el de Serapis.
Las personalidades que se enfrentan en ese siglo 1 a.C. son fascinantes. Julio César, Pompeyo, Cleopatra, Marco Antonio, Octavio... La batalla de Actium, en la que se deciden los destinos de Egipto, es una de las emblemáticas de la Historia.
Escritores e historiadores han vuelto incansablemente a considerar y repensar esta Historia y estos personajes históricos. El aporte de Querida Alejandría consiste en buscar las motivaciones y sentimientos de quienes hasta ahora habían sido dejados de lado: los hijos de los protagonistas del drama alejandrino del siglo 1 a.C.
La figura de Cesarión ha sido tratada en un poema admirable de Cavafis. Cleopatra Selene y Juba han aparecido tangencialmente en alguna novela de Terenci Moix, y en algún estudio histórico. Cleopatra Séptima ha sin duda opacado con su brillo y su leyenda lo que constituyó su propio mundo y a sus propios hijos, pero una de las posibilidades de la ficción, en este caso de la novela histórica, es la aventura inigualable de desentrañar del olvido un fragmento de existencia.


Querida Alejandría será presentada por la Editorial Norma el próximo sábado 17 de noviembre a las 5:30 PM en la Sala de Lectura del Centro Nacional de las Artes en el marco de la XXVII Fería Internacional del Libro Infantil y Juvenil FILIJ 2007. Participan: Lorenza Estandía, Sandra Hussein y la autora.

No hay nadie que pase por aquí

4 nov 2007

Magistral, elíptico, Homero hace sortear a Ulises, todo oídos, la Isla de las dos sirenas (Seirenôiin)*... sin revelar la materia de su canto irresistible:
¡Famoso Ulises! Acércate y detén la nave para oír nuestra voz. No hay nadie que pase por aquí sin oír la dulce voz que fluye de la boca de nosotras dos (nôiterên)... De ello obtiene dicha y se convierte en un hombre más sabio. Porque sabemos todos los trabajos que en la anchurosa Troya soportaron los argivos y troyanos por voluntad de los dioses y conocemos todas las cosas que pasarán sobre la tierra nutricia. (Idmen d', hossa genetai epi chtonei pouluboiterei).
El héroe hace gestos, pide a sus compañeros que lo desaten, pero ellos agachan la cabeza y reman a conciencia.
No hay nadie que pase por aquí...
Algunos tienen los oídos tapados con cera, otros se ahogan en el canto melodioso y pierden la razón, pocos, muy pocos, tienen la valentía de volverse todo oídos y de atarse los miembros para saber y no perderse, para vivir y no disolverse, para escuchar ese mar inagotable vuelto voz... y ser pacientes y audaces todavía para regresar del embriagado instante permanente en el que todo se sabe porque todo se siente.

*Seirenoiin es una forma dual del nombre: femenino genitivo dual. Nôiterên significa "de nosotras dos".

Al comprar un diccionario árabe español

1 nov 2007


Cabe en una mano.
Lo había buscado muchos días hasta que lo encontré en la librería Rosario Castellanos. Forma parte de la oleada andaluza del año pasado. Entre uno suntuoso con una mano de Fátima de oro en la portada, dedicado al árabe marroquí, y otra joya para favorecer la traducción de textos clásicos andalusíes, este pequeño tiene un talante de obrero. Se ve apurado, como si tuviera poco tiempo para decir lo que quiere decir.
Lo abrí a la occidental sin recordar que Oriente tiene otras direcciones de lectura. Cuando lo abrí hacia la derecha y entendí su santo y seña: arabí al isbaní... comprendí las razones de su apuro, de su austero empaque, de su brevedad.
Es hijo de la inmigración. Es para aprender a nombrar de prisa, para cobrar un cheque, para ir a un hospital, para pedir un pedazo de pan o un vaso de agua... para hacer ese camino de regreso a una España que se niega desde el Moro, desde una miseria que no sueña más que dejarse atrás para sobrevivir.
España se cierra pero también ha de apiadarse. Y muestra de su piedad es ese diccionario, tan breve, tan poca cosa, tan barato... que vino a México en una ola andaluza y te lo juro, cabe en una mano.