En un sueño de palabras...

El Duende No en el Salón del LIJ en Madrid

27 feb 2013



Video del Kamishibai realizado por nuestra editora, Asunción Carracedo Gómez, a partir del libro "El duende NO" de María García Esperón y Yolanda Falagán, grabado por nuestro recién incorporado colaborar "amigo" en eventos, ALBERTO SOBRINO.
Sonido e imágenes "en directo" tomadas en el Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid, sin manipulaciones, montajes, ni recortes de ninguna clase. Rogamos disculpen las molestias de fondo durante el visionado.

En la Sociedad Cultural José Martí gracias a Enrique Pérez Díaz

21 feb 2013


Feria del Libro Cuba 2013

IX ENCUENTRO TEÓRICO NIÑOS, AUTORES Y LIBROS.

Una merienda de locos
Lunes 18 al 20 de febrero de 2012
Sociedad Cultural José Martí
Día 20 de febrero de 2012
10.00 AM:
10.15 AM: Conversatorio Los héroes de ayer, hoy y siempre (Apuntes sobre una literatura desde la Historia), María García Esperón (México)
Presentador: Enrique Pérez Díaz
Fotos: Olivia Chong


Una literatura desde la Historia: presentación en la FIL Cuba 2013

20 feb 2013








Una literatura desde la Historia: María García Esperón en la FIL Cuba 2013 a través de Enrique Pérez Díaz

Feria del Libro Cuba 2013

IX ENCUENTRO TEÓRICO NIÑOS, AUTORES Y LIBROS.
Una merienda de locos
Lunes 18 al 20 de febrero de 2012
Sociedad Cultural José Martí
Día 20 de febrero de 2012
10.00 AM:
10.15 AM: Conversatorio Los héroes de ayer, hoy y siempre (Apuntes sobre una literatura desde la Historia), María García Esperón (México)
Presentador: Enrique Pérez Díaz


Una literatura desde la Historia

María García Esperón


Muy buenos días tengan todos ustedes.

Es para mí un honor el poder hacer llegar estas palabras a los jóvenes lectores cubanos a través de un portavoz de privilegio, ese ángel con mayúsculas y en griego –ánguelos, mensajero- que es Enrique Pérez Díaz, uno de los autores de literatura infantil y juvenil más importantes a lo largo y ancho del mapa hispanohablante o hispanosoñante, con quien me une la más hermosa de las amistades y a quien profeso la más grande admiración.

Me toca vivir aquí, a través de Enrique y entre todos ustedes una de las mayores alegrías a las que podamos aspirar quienes nos dedicamos a las letras, a las letras para jóvenes: el compartir a través de esta mágica oralidad la tela de mis sueños. Que los renglones callados se levanten y se hagan voz y les digan, y te digan el por qué y el cómo de esta literatura desde la historia que desde 2004 vengo urdiendo en dos telares –la Imaginación y la Memoria- para ofrecer a los jóvenes… y a todos.

¿Ofrecer? ¿Y no sería más adecuado, no resulta más puntual usar la palabra que de mi corazón llega a los labios de Enrique, y que es OFRENDAR?

Ofrendar, porque es la entrega de algo sagrado, de algo que comencé a atisbar desde que era una niña –una niña que leía-, de un brillo de tesoro custodiado por tapas de libros siempre hermosos, libros eternos hechos de eso: de Imaginación y de Memoria, libros y rostros para llevar por siempre ahí, en esas dos potencias o en esos dos jardines, en esos dos lagos : tu imaginación y tu memoria.

Y entonces, cuando esas dos potencias –imaginación y memoria- se suscitan, ¡hágase la magia!

Y mágica es la historia que he vivido desde ese 2004 en que escribí mi primera novela, El Disco del Tiempo, con la que gané el Premio Barco de Vapor y pude abrir la anhelada puerta que guarda la puerta de los sueños, o mejor, de la ensoñación consciente.

Dice mi filósofo de cabecera, Gastón Bachelard, que “una ensoñación, a diferencia del sueño, no se cuenta. Para comunicarla hay que escribirla, escribirla con emoción, con gusto, reviviéndola en cada palabra escrita”. Del mismo modo, en esa primera novela, yo tuve una ensoñación con la Historia, con un período histórico del que muy poco se sabe y que por los restos arqueológicos se antoja magnífico, rutilante: la época llamada minoica, en la isla de Creta, durante la Edad de Bronce.

Y empecé a soñar en esa Historia desde adolescente, a los catorce años, que descubrí en un libro de esos que les mencionaba, los custodios de Imaginación y Memoria, una reproducción del llamado Disco de Festos.


¡Un mensaje jeroglífico! ¡Una escritura indescifrada! Dibujos hermosos dispuestos en espiral: una barca, un delfín, un remo, una espiga, un rostro, otro rostro, un hombre caminando, una rosa de ocho pétalos en el centro… y todo me hablaba, me hacía soñar, preguntarme cómo serían los hombres o las mujeres que cifraron ese disco de arcilla, del que puede decirse es el primer impreso de la historia. El primer impreso.

También dice mi filósofo de cabecera que hay que tener hambre de libros y que si hay que rezar, además de pedir el pan de cada día, pedir por el hambre cotidiana de libros. Y no hay manjar que abra más el apetito que una escritura indescifrada, que está quizá a punto de revelar su secreto.

“La experiencia estética es la inminencia de la revelación”, ha dicho Borges y todos esos sentimientos, toda esa hambre tuve yo con ese disco de Festos, ese disco impreso, ese libro, como Enrique, ángel, mensajero de trascendencia, cuando tenía 14 años.

Para construir esta novela realicé mucha investigación, descubrí textos estremecedores de estudiosos que consagraron su vida a resucitar el espíritu de la civilización minoica, hechos accesibles hace algunas décadas a través de la colección de los breviarios del Fondo de Cultura Económica, como El Toro de Minos de Leonard Cottrell, y Arqueología de Creta, del fascinante John Pendlebury, que muriera como héroe en Creta durante la Segunda Guerra Mundial, fusilado, resistiendo la invasión alemana.

Los sueños de los hombres se encuentran a través o a pesar de los siglos y no sabía yo a los 14 años, cuando descubrí el Disco de Festos en ese libro tan adolescente como yo, que mis ojos hipnotizados estaban recibiendo los sueños de toda una civilización. Que el rey Minos y el arquitecto Dédalo, la princesa Ariadna y el héroe Teseo me estaban llamando para que yo reviviera con emoción, con gusto y apasionadamente las claridades de su mito y las sombras de su historia.

Desde niña también soñaba con la Atlántida. La imagen de ruinas sumergidas es para mí la belleza absoluta. En esa investigación que les digo encontré la hipótesis –para mí muy convincente- de que la Atlántida fue en realidad la civilización de la isla de Creta, la civilización de Minos, la que hizo el Disco de Festos, y que fue destruida por sismos y tsunamis producidos por la explosión de la cercana isla de Thera, en cuyo centro explotó un volcán.

Sismos.

Enormes olas.

El Agitador de la Tierra.

Poseidón.

Poseidón, que vengativo por las faltas de Minos destruyó su imperio, su talasocracia, su poder del mar. Crujieron los huesos de la isla resplandeciente, se abismaron los palacios y los supervivientes quedaron tristes, temerosos entre escombros y fueron débiles ante la invasión de los señores guerreros de la Grecia continental, los fieros micénicos.

¿Sismos?

Cuando yo tenía veinte años, en 1985, ocurrió en la Ciudad de México un sismo de enormes proporciones. Mi entorno se desmoronó. Las calles destruidas, edificios altísimos derrumbados, como monstruos antediluvianos, con el dolor humano entre los escombros. Oscuridad. Miedo. Olor a muerte. Silencio. Y en esas noches que siguieron, que dormíamos en la calle, en los autos, por miedo a los derrumbes, sucedieron réplicas del sismo y yo escuché el toro de la tierra, una ronca voz despiadada y atrozmente hermosa, implacable, la misma que escucharon Minos y Ariadna y Teseo y Dédalo. La misma que escuchó el arqueólogo Arthur Evans en Creta, durante sus excavaciones, en un tremendo sismo que le hizo entender todo: la dimensión telúrica de la civilización cretense, la fuerza del epíteto Agitador de la Tierra, para Poseidón, los sacrificios cruentos que ahí sucedieron, el Pánico y el Todo.

Así yo entendí o creí entender en esas noches de 1985 la dimensión telúrica de mi país, México. No solo como un dato científico, sino como la condición de posibilidad, desarrollo, creencia y supervivencia de mi gente, de los antepasados aztecas, de su sabiduría cifrada en el mito del Quinto Sol, Sol de Movimiento.

Así yo entendí o creí entender en esas noches de 1985 el milagro que es estar vivo y el poco tiempo que tenemos para venir a florecer en la tierra. La responsabilidad que tenemos con nuestros antepasados, con nuestros contemporáneos y con nuestros herederos. La urgencia de crear una edad de oro en la oportunidad que nos ofrece este presente, de dejar un imperecedero disco de Festos, disco del tiempo, sea mensaje, oración, himno o sueño, para tocar alguna vez un remoto corazón y enamorarlo para siempre.

Con ese imborrable recuerdo del sismo mexicano de 1985, me aproximé en ese libro al sismo que destruyó Creta en el siglo XVII antes de nuestra era. Con el recuerdo de la voz del toro. Con la urgencia y el hambre de encontrar la raíz de los sueños en esa isla llamada Creta.

Visité los jardines, los lagos de la Imaginación y la Memoria y urdí ese libro para tu imaginación y tu memoria.

Investigué y soñé.

Me ensoñé y escribí.

Con gusto, con pasión y con el ferviente deseo de que los jóvenes lectores revivieran ese mundo, que ellos pusieran en operación esa magia.

Esa magia y los sueños que me entregó ese disco de arcilla son los responsables de que yo esté aquí con ustedes, a través de Enrique, pues fue la secuencia de El Disco del Tiempo, la novela El Disco del Cielo, con la que mis letras entraron en Gente Nueva en 2011 y mi corazón para siempre.

Muchas gracias.


El anillo de César, reseña de Andrea Poulain

17 feb 2013
Fuente: Divagaciones de una Poulain


El anillo de César, de María García Esperón

Por Andrea Poulain

Sinopsis: Ista quidem vis est? -¿Qué violencia es ésta?, reclamó César. Vino después la puñalada temblorosa de Servilio Casca, quien apenas alcanzó a herirlo en el hombro, le siguió la herida de Casio Longino, lo demás fue un remolino de ceguera para César; rodeado de los conjurados con los puñales al desnudo, quienes contagiados por un extraño temor, confundidos, empezaron a herirse entre sí, a mezclar sus sangres con la del hombre que estaban asesinando. La estatua de Pompeyo fue testigo de las veintitrés puñaladas que acabaron con la vida del Imperator, del Dictator, del Pontifex Maximus, del Rex... El anillo de César rodó por el suelo ensangrentado... y su tintineo resuena en las páginas de este libro para que tú, lector, logres unir el fin con el principio de Cayo Julio César.


Empezando por el final, por el capítulo veinticuatro, María García Esperón nos narra a retazos, como si fueran las veinticuatro horas de un día, corriendo de adelante hacia atrás, retazos de la vida de Julio César, Imperator, Dictator, Pontifez Maximus, Rex…, que soñó con cambiar el mundo como pocos hombres lo soñaron antes y después de él… Un hombre al que asesinaron en el Senado, sus propios aliados, por sus ideas que les parecían peligrosas…


De Julio César, que tuvo un hijo con Cleopatra VII, César Ptolomeo, descendiente de Cleopatras y Ptolomeos, una raza sangrienta y brutal… Él, Julio César, hombre ahora teñido de leyendas.


La pluma de María nos transporta a la antigua Roma, la Roma de senado y nos presenta personajes de los que quizá ya hemos oído hablar: Marco Antonio, Cleopatra, Pompeyo, Bruto, Calpurnia… Escrito para niños y para grandes, para conocedores de la historia de la antigua Roma y para aquellos a los que aún la historia de éste hombre no los ha cautivado.

¿Qué haría sin César? ¿Qué haría Roma? ¿Qué haría el Universo entero, habituado a despertar con él y con él dormir? ¿Valdría la pena seguir viviendo, llamarse hombre, romano, Antonio?


Además el libro, corto, tiene unas magníficas ilustraciones de Miguel Rodríguez Ortíz, el Sr. No Quiero.
Nea

Para el Duende de María García Esperón, de Fernando Álvarez Balbuena

16 feb 2013



Para el Duende de María García Esperón

El duende de las alas más hermosas
Que vuela por el bosque perfumado,
Que juega con las hadas encantado
Y enamora a los niños con sus cosas.

Se mueve entre las brisas y las rosas
Y hace feliz a todos entregado.
Una ilusión y un verso a cada lado
Acompañan sus horas luminosas.

Y cuando muere el día dulcemente
Él se hace tenue luz en la espesura
Y susurra en el viento suave canto.

Y así nacen los sueños tras la frente
Y el alma llena de una ilusión pura
Se acoge al dulce abrigo de su encanto.



Fernando Álvarez Balbuena
Avilés, Febrero de 20l3.



El Hada del Lago

15 feb 2013




Esta noche -15 de febrero de 2013-  se presentaron en La Habana los libros para niños El lago de los Cisnes (versión de Enrique Pérez Díaz) y El Cascanueces (versión de Alejandro Dumas) ilustrados por Jorge Zequeira en La Sala Avellaneda del Teatro Nacional, con la presencia de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, a quien la Editorial Gente Nueva rindió homenaje al entregarle la Distinción a la Humildad Dora Alonso.

Esta iniciativa es el primer paso de un programa en que la Editorial Gente Nueva dará a conocer entre los niños y jóvenes los clásicos del ballet.


El Hada del Lago

Para Enrique Pérez Díaz


El Hada del Lago
bajó de la niebla
envuelta en las letras
de una leyenda.

Sus alas de cisne
su traje de espuma
sus ojos muy negros
cercados de bruma.

El Hada del Lago
camina de puntas
sus pies son de plata
sus manos de azúmbar.

Ella es la princesa
del Mago y Sigfrido
del blanco y del negro
de sueño y de olvido.

El Hada del Lago
bajó de la luna
a vestir de estrellas
la noche de Cuba.


Diccionario para armar obtiene el BolognaRagazzi Award 2013

Foto: impresión de pantalla tomada del video de Alas y Raíces


La más importante y reconocida iniciativa que premia los mejores libros desde el punto de vista gráfico y editorial, el BOLOGNARAGAZZI AWARD 2013, en la categoría de New Horizons, ha reconocido al libro Diccionario para Armar, coeditado por Conaculta -Alas y raíces- y El Colegio de México.

Se trata de un proyecto generoso con el que se despide de la Coordinación de Alas y Raíces Miriam Martínez Garza, quien en una plática con el catedrático del Colmex Luis Fernando Lara tuvo la idea de hacer un diccionario para niños diferente, urdido de imaginación textual e imaginería visual que ahora es distinguido internacionalmente.

Las más calurosas felicitaciones para Miriam Martínez Garza y los mejores deseos para sus actividades futuras. Que sigamos coincidiendo en los campos de la Palabra y de las bellas imágenes. Diccionario para armar es el mejor ejemplo de que cuando muchos sueñan juntos, sueñan alto y sueñan bien.

Diccionario para armar
Conaculta/Colegio de México

Autores: Francisco Segovia, Vivian Mansour, Joaquín Díez-Canedo F., María García Esperón, Ignacio Padilla, Ricardo Chávez Castañeda, Carmen Leñero, María Baranda, Mónica Brozon, Ricardo Yáñez, Francisco Hinojosa y Luigi Amara.

Ilustradores: Fabricio Vanden Broeck, Joel Rendón, Isol, Paloma Valdivia, Quetzal León, Mariana Chiesa, Magú, Diego Bianki, Trino, Ixchel Estrada, Manuel Monroy y Alejandro Magallanes.

Copo de Algodón en iBook en la tienda Apple

14 feb 2013




Copo de Algodón  está disponible para que lo descargues en tu iPhone, iPad o iPod touch con iBooks, y en tu ordenador con iTunes. Los libros deben leerse en un dispositivo iOS.

http://bit.ly/VCFXmI

La casa sin ti, de Aurelio González Ovies




Para "Argos"


Catorce años juntos, de noche a mañana. Qué días brillantes vistos desde ahora. Fue todo muy rápido, más de lo esperado. Llegó la vejez e invadió tu cuerpo. Se metió en tus huesos, contagió tus órganos, robó el equilibrio de tus blandas patas. Fue todo muy pronto, más de lo previsto. Todos los rincones quedaron desiertos. Quedaron muy solas todas las estancias. Dejaste el vacío que deja un humano, lo mismo que un ser de los que nos quieren, como una persona de las que se aman.


Es todo distinto, así de repente. Nada se parece a lo que eras tú. Te echaron de menos hasta las persianas, y la luz del día sobre el limonero y la mesa vieja del mosaico azul y tu olivo amigo, que mira a la calle y el tiesto de barro sobre el que meabas. Te querían las puertas y los azulejos y la estantería y el lomo del libro que tanto mordiste y la voz del timbre y el sabor del pan y el lápiz de goma y el nudo de hilos y la colchoneta en la que soñabas. Todo es diferente, aunque sea lo mismo. Llenabas el mundo con tus rizos negros, con tus cejas blancas encendías la casa.


Te añoran los brezos, las sillas y el toldo. Todo te requiere, fuera, en la terraza. Te evocan los brotes que caen del camelio y las hojas secas que tira la adelfa. Y la regadera y el sanjuán de abajo. Y algún abejorro que vuela hasta al polen joven del narciso. Y el jazmín que cuelga junto a la ventana. Y las escaleras que subiste a diario. Y el color del cielo, al caer la tarde. Y el rumor del mundo, en torno a la noche. Y la intimidad que inflaman las lámparas. Dejaste una herida grande, muy profunda, como la que se abre al perder las cosas que más significan, una época bella, una compañía fiel y generosa, la sinceridad de una mirada.


Ceniza. No hay más. Ese lapso inane entre todo y nada. Ese vano previo a la incertidumbre de lo más certero. Volveremos juntos, si es que regresamos a nuestros orígenes, a corretear por la primavera, a lanzarte un palo, a jugar con lascas. Catorce años juntos. ¡Qué fugacidad! Quedaron muy tristes tu hueso y tu erizo, tu nombre y tus trapos, todos tus muñecos, todas tus costumbres. Lloró la jirafa.



(C) Aurelio González Ovies
La Nueva España, 6 de febrero 2013

El hada del libro

10 feb 2013

Para Alejandra Moglia, en su cumpleaños

El hada del libro


El hada del libro
es maravillosa
puede por lo menos
convertirse en rosa.

El hada del libro
es pájaro azul:
aparece solo
si lo quieres tú.

Te escribe en un verso
te dice un cantar
te cuenta una historia
de amor y amistad. 

Si abres un libro
y el hada no está
di fuerte su nombre
y ponte a soñar.